Atención mamás lactantes

Cómo mantener la cordura y oler bien

En una serie de publicaciones nuevas, simplemente tituladas: Guía para mamás que comienzan a utilizar extractores de leche, respondemos preguntas directamente a las mamás que comienzan a utilizar extractores de leche, como usted. Después de todo, este es el motivo por el que existe este blog, para orientarlas y ayudarlas en su experiencia de extracción de leche.

La primera pregunta viene de una lectora de Nueva Jersey que se extrae leche en forma exclusiva . Nos pidió que le indiquemos sugerencias de cómo mantenerse cuerda tratando de incorporar sesiones de extraerse leche en cualquier momento imaginable de su vida con su bebé. Su segunda inquietud, se pregunta (con evidente vergüenza) cómo quitarse el olor a leche rancia que no la abandona. *suspiro* Son los gajes del oficio de una mamá que se extrae leche.

No hay absolutamente nada de que avergonzarse, incluso si es cierto, que huele a leche rancia. Recuerde siempre que, a medida que se acostumbra a su vida como una mamá que se extrae leche, es probable que pase la mayor parte del tiempo en casa. Su hogar está lleno de las personas que más ama.

En segundo lugar, es un alivio que la primera pregunta sea con tanta sinceridad, porque no está sola si se siente olor, todos alguna vez tuvimos algún olor y estamos aquí para ayudar. No hay nada de qué avergonzarse.

Es más, esta pregunta ilustra perfectamente lo que pregonamos todo el día: como mamá que utiliza un extractor de leche, su primera responsabilidad es usted misma. Si se cuida bien, cuidará bien de su bebé. De manera que encontrar maneras de tener buen olor si se extrae mucha, mucha leche va exactamente a la par con alimentarse y alimentar a su bebé lo mejor posible.

Con respecto a la primera pregunta de mantener la cordura aunque se extraiga leche, el consejo más claro tiene tres facetas. La primera, establecer una rutina lo antes posible. Cuando las actividades se incorporan a la rutina diaria, causan menos estrés y ansiedad.

La segunda, pida ayuda a los amigos y familiares. Cualquier momento extra que pueda encontrar en el día es una gratificación. Si su suegra, vecina, hermana o amiga puede cuidar a su bebé una o dos horas entre las sesiones de extracción de leche, puede tomarse una siesta, leer, lavar los platos, hacerse la manicura, bañarse, cualquier necesidad personal que tenga. ¡Pero debe pedirlo!

La tercera, no se olvide que es una mujer y que tiene sus propias necesidades y deseos, que debe atender. ¡Las mamás también necesitan mimos! Por ejemplo, tal vez le encantaría un masaje en la espalda, una manicura o que alguien le lave los platos, o no oler a leche rancia. Nunca se sienta culpable de atender esas necesidades. Aunque a corto plazo signifique dedicarse un tiempo preciado, a la larga estos momentos complacientes son la verdadera clave para mantener la cordura. ¡No todas las mamás primerizas o que se extraen leche consideran que esto es una proeza sencilla!

Ahora, tratemos el asunto de su olor (no tan) agradable.

Aunque nadie en la empresa detecte o se queje de la acritud persistente de la leche materna, es probable que usted la sienta, la huela y comience a odiarla.

Le damos nuestros mejores consejos sobre cómo controlar o cubrir el olor rancio de la leche materna, que probablemente inundó su mundo de lactancia.

Use ropa recién lavada con la mayor frecuencia posible.

Esto tal vez no parezca una genialidad, pero cuando le faltan horas de sueño y funciona a media máquina, hace falta que le recuerden obviedades. Y aunque odie despegarse de sus pantalones de chándal favoritos y los calcetines más adorados, la ropa que usa es la peor causa de que se impregne el olor. Las hormonas que genera su cuerpo de puérpera puede producir un cambio en el olor habitual y los niveles de sudor. Además, la ropa absorbe todo, como una esponja de cocina vieja.

Además, los senos chorrean e incluso con la ayuda de discos protectores en el sostén, esas gotas molestas llegan a la camiseta, a la sudadera y hasta los calcetines. Muchas mamás pueden dar fe que usar ropa recién lavada con la mayor frecuencia posible es la manera más segura de escapar al olor rancio.

Trate de lavar la ropa y los accesorios del bebé con la mayor frecuencia posible.

Otra solución, aparentemente obvia, pero que vale la pena recordar. La ropa del bebé, baberos y babitas están constantemente en contacto con su cuerpo, cuando sostiene, mece, hace eructar y acurruca a su pequeño oloroso. Usar ropa y accesorios recién lavados son otra manera segura de reducir las ráfagas rancias de su mundo.

Enjuáguese los senos y el pecho después de extraerse leche.

Incorpore este paso de limpieza a su rutina de extracción de leche. Tal como siempre se aplica lanolina u otras pomadas cicatrizantes en los pezones después de extraerse leche, es igual de importante limpiarse. Cuando está en su hogar, es tan simple como usar un paño húmedo. Si está en un lugar público o en el trabajo, utilice paños sin fragancia para esto.

Lave el sostén que utiliza cuando se extrae leche, con la mayor frecuencia posible.

Si utiliza las manos cuando se extrae leche, es probable que un sostén manos libres para extracción se convierta en su mejor amigo. Pero a casi $30 dólares por unidad, pocas tenemos un cajón lleno de estos asombrosos sostenes. Si puede costearlo, invierta en al menos dos de estos tesoros y altérnelos para lavarlos con la mayor frecuencia posible. Esta rotación significará una gran diferencia en el olor para su vida diaria.

Rocíe su perfume favorito en todas las partes que no sean sus senos.

No se olvide de idolatrar el resto de su cuerpo de vez en cuando. Los senos están recibiendo (y necesitan) mucha atención cuando se extrae leche, pero a otras partes también les vendría bien un aliciente. Creemos que rociarse la loción favorita y conservarla en la estación de extracción o en el bolso del extractor de leche nos ayudará a adorar el resto del cuerpo. Después de que haya guardado la leche materna en un recipiente higiénico, pero antes de levantarse y seguir con lo suyo, tómese un momento para masajearse los brazos, las piernas o los pies con un poco de crema humectante con aroma atractivo.

Aplíquese un perfume orgánico o un aceite corporal natural.

Deberá tener cuidado de no cubrir demasiado su olor natural, ya que es natural. Su olor es algo que su adorado bebé utilizará para identificarla y calmarse. Si se mantiene el cuerpo y la ropa lo más limpios posibles, el olor a rancio de la leche materna no debería ser abrumador. Aplicarse perfumes intensos con fórmulas químicas pueden presentar riesgos[1] y abrumar el sistema sensorial y nuevo de su hijo. No obstante, si necesita una última línea de defensa olfativa, busque un perfume orgánico o un aceite corporal natural con un aroma que sea relajante para usted (y por ende para su bebé).

Esperamos que estos consejos las ayuden a mantener la cordura y oler bien a las mamás lactantes.


[1] http://www.scientificamerican.com/article/toxic-perfumes-and-colognes/