Cómo introducir de forma segura alérgenos alimentarios en la dieta de su bebé
Ver a su bebé explorar nuevos alimentos es una parte emocionante (aunque sucia) de la experiencia de ser padres. De todos modos, al introducir alérgenos alimentarios comunes, es normal sentir algo de nervios. ¿La buena noticia? Las investigaciones ahora demuestran que introducir estos alimentos en forma temprana y segura puede, en realidad, ayudar a reducir el riesgo de su bebé de desarrollar alergias en el futuro. Pero ¿qué significa esto exactamente? En este artículo, repasaremos todo lo que necesita saber sobre la introducción segura de alérgenos alimentarios en la dieta de su bebé.
Alergias alimentarias e intolerancia alimentaria
La diferencia clave entre las alergias alimentarias y la intolerancia alimentaria es cómo reacciona el organismo a ciertos alimentos. Una alergia alimentaria involucra el sistema inmunitario, que identifica por error una proteína alimentaria como nociva y desencadena una reacción. Por el contario, la intolerancia alimentaria es generalmente menos grave y no involucra al sistema inmunitario. Ocurre cuando el organismo tiene dificultades para digerir ciertos alimentos, a menudo debido a deficiencias enzimáticas (por ejemplo, intolerancia a la lactosa) o sensibilidades a los aditivos.
Factores de riesgo de desarrollar una alergia en los recién nacidos
Existen dos factores de riesgo principales a los que los padres deben prestar atención cuando se analizan las alergias alimentarias. El mayor factor de riesgo es la presencia de un eccema grave en los recién nacidos y bebés. Se cree que la razón principal es la alteración de la barrera cutánea que se produce en los eccemas graves, ya que los casos bien controlados no presentan un riesgo elevado. Si su recién nacido tiene alguna erupción o desarrolla signos de eccema de forma temprana, lo mejor es consultar a su pediatra para que le indique un tratamiento y le brinde orientación sobre la introducción de nuevos alimentos. El asma y la rinitis alérgica también pueden aumentar el riesgo de su bebé.
Otro factor de riesgo es tener una alergia alimentaria determinada previamente. Por ejemplo, un bebé que ha demostrado tener alergia a la leche puede tener más riesgo de tener alergia a los huevos o los frutos secos. Los antecedentes familiares de alergia también pueden influir en el desarrollo, aunque es necesario seguir investigando.
¿Se pueden prevenir las alergias alimentarias?
En el pasado, se creía que retrasar la introducción de los principales alimentos que provocan reacciones disminuiría la probabilidad de tener una alergia. Sin embargo, al parecer sucede lo contrario. ¿Sabía que la introducción temprana de maní podría reducir el riesgo de desarrollar una alergia al maní en hasta un 81%? Resulta que cuanto antes se les den alimentos a los bebés para la prevención de las alergias, menos probabilidades tendrán de desarrollarlas. Por lo tanto, se recomienda empezar a introducir alérgenos cuando comience a comer alimentos sólidos.
Alérgenos alimentarios comunes para los bebés
Antes de introducir alimentos sólidos en la dieta de un bebé, es importante entender qué podría causar una reacción alérgica y qué es (por lo general) seguro. Si bien las personas pueden ser alérgicas a cualquier tipo de alimento, los alérgenos alimentarios más comunes incluyen los siguientes:
- Leche de vaca
- Huevo
- Maní
- Soja
- Trigo
- Frutos secos (pecanas, almendras, nueces, castañas de cajú, etc.)
- Sésamo
- Mariscos
- Pescado (salmón, atún, bacalao)
Estos alimentos son responsables de la mayoría de las reacciones alérgicas en todo el mundo, por lo que es importante introducirlos en la dieta de su bebé con cuidado. Los alimentos que contienen cualquiera de estos productos o que han entrado en contacto con estos alérgenos deben incluir advertencias, pero siempre compruébelo para estar seguro.
Cómo introducir de forma segura alérgenos alimentarios para su bebé
No debe darle a su bebé ningún alimento sólido hasta que haya superado algunos hitos importantes, como ser capaz de mantener la cabeza erguida y sentarse sin ayuda. Sin embargo, una vez que su bebé esté preparado, lo mejor es comenzar a introducir los alérgenos de forma temprana y lentamente. Aunque puede asustar un poco, recuerde que retrasar la introducción de ciertos alimentos desencadenantes puede causar más problemas. Siga estos pasos para introducir alérgenos alimentarios en la dieta de su bebé en forma segura y conozca qué hacer en caso de una emergencia.
No frote alimentos sólidos en la piel de su bebé
Hacerse una prueba de alérgenos cuando uno es adulto consiste en exponer la piel a alergias comunes y ver qué zona presenta una reacción. Aquellas que se hinchan o que pican se identifican como una alergia. Esto no funciona de la misma manera con los alimentos, especialmente al introducir alimentos sólidos. No frote alimentos en la piel de su bebé... No ayudará a identificar ningún alérgeno común de los alimentos ni reducirá las probabilidades de desarrollar una alergia alimentaria con el tiempo. Sin embargo, puede frotar un pedacito del alimento sólido en la parte interna del labio de su bebé para observar cualquier posible reacción. Esto incluso se puede recomendar como primer paso si su recién nacido tiene algún riesgo, como el eccema grave. Cuando tenga dudas, hable con su pediatra sobre sus opciones.
Pruebe un tipo de alimento por vez
Al introducir alérgenos en la dieta de su bebé, es esencial probar un tipo de alimento por vez. Esto ayuda a identificar qué alimento puede estar causando una reacción si se producen síntomas. Comience con una cantidad pequeña, como una cucharadita o menos, y observe de cerca a su bebé para detectar cualquier signo de alergia. Si no hay respuesta, puede aumentar la cantidad que le da y repetir. Espere de tres a cinco días antes de introducir otro nuevo alérgeno alimentario. Esto le da tiempo suficiente para observar reacciones retrasadas, que son menos comunes pero posibles. Llevar un registro de los alimentos que ha introducido y de cualquier reacción también puede ayudar a orientar los futuros pasos y conversaciones con su pediatra.
Introduzca los alérgenos por la mañana
Se recomienda introducir los alérgenos por la mañana porque le da tiempo suficiente para controlar a su bebé y observar cualquier reacción adversa a lo largo del día. Los síntomas de alergia suelen aparecer entre unos minutos y unas horas después de comer, pero a veces pueden retrasarse. Al introducir posibles alérgenos en las primeras horas del día, puede asegurarse de tener acceso a su pediatra o a atención médica si fuera necesario. Evite introducir nuevos alimentos antes de acostarse o tarde por la noche, dado que puede ser más difícil notar síntomas cuando su bebé está dormido.
Mantenga los alérgenos probados en la dieta de su bebé
Una vez que su bebé tolere un alérgeno común, es importante mantener ese alimento en su dieta. Una exposición constante ayuda a mantener su tolerancia y puede evitar que se desarrollen alergias más adelante. Por ejemplo, si su bebé no tiene inconvenientes con los productos de maní, incluya pequeñas cantidades de mantequilla de maní o de maní en polvo en sus comidas al menos dos veces por semana. Lo mismo se aplica a otros alérgenos como los huevos, los lácteos o el trigo. Si tiene dudas sobre los tamaños de las porciones o cómo incorporar alérgenos en las comidas de su bebé de forma segura, consulte a su pediatra o a un nutricionista pediátrico para obtener orientación.
Signos o síntomas de una alergia alimentaria
Al comenzar a introducir alimentos sólidos en la dieta de su bebé, es importante mantenerse siempre atento a cualquier signo de una alergia. Las reacciones alérgicas a los alimentos tienden a ocurrir rápidamente, por lo general en cuestión de minutos u horas. Sin embargo, en circunstancias poco frecuentes, las reacciones pueden retrasarse por unas cuatro a seis horas, o más. Este es uno de los motivos principales por los que se recomienda introducir los alérgenos por la mañana, dado que les da a los padres más tiempo para vigilar si se presentan signos. Algunos de los signos más comunes de una alergia alimentaria pueden incluir uno o más de los siguientes:
- Urticaria (ronchas rojas en la piel que producen picazón)
- Eccema (piel seca, con picazón o escamosa)
- Enrojecimiento o erupción alrededor de la boca o en la cara
- Hinchazón de los labios, la cara o los ojos
- Los vómitos
- Diarrea
- Dolor de estómago o retorcijones
- Sangre o mucosidad en las heces
- Congestión nasal o rinorrea
- Estornudos
- Tos o sibilancia
- Falta de aire o dificultad para respirar
- Llanto o molestia excesivos
- Letargo o apariencia de cansancio inusual
La mayoría de estos síntomas son leves y pueden tratarse con un antihistamínico. Sin embargo, cualquier signo de reacción grave (anafilaxia) debe ser tratado como una emergencia médica y requiere atención médica inmediata. Lleve a su bebé a una sala de emergencias o llame al 911 si nota algún singo de anafilaxia, incluidos los siguientes:
- Hinchazón de la garganta o la lengua
- Dificultad para tragar
- Descenso repentino de la presión arterial
- Pérdida del conocimiento
- Piel pálida o azul
Consultar a su pediatra
La idea de introducir alimentos problemáticos puede ser un tanto estresante para los nuevos padres, pero recuerde que hacerlo en forma temprana en realidad puede ayudar con la prevención de las alergias. De todos modos, lo mejor es consultar a su pediatra para determinar un calendario e identificar los posibles riesgos que pueda tener su recién nacido. Asegúrese de hacer preguntas y de entender qué debe hacer en caso de una emergencia. Aunque los alimentos sólidos pueden introducirse a partir de los seis meses aproximadamente, la leche materna sigue siendo una parte esencial de la dieta de su bebé. Para aprovechar al máximo su experiencia de lactancia, no olvide pedir su extractor de leche cubierto por el seguro de Byram Healthcare. Contáctenos para obtener más información sobre nuestros productos o comience su pedido hoy mismo.