Todo lo que necesita saber sobre la ictericia por lactancia materna
La lactancia es la mejor forma de aportarle a su hijo los nutrientes y minerales esenciales para su desarrollo. Sin embargo, los bebés que son amamantados suelen correr un mayor riesgo de desarrollar ictericia que aquellos que toman fórmula. Por lo general, esto no es algo por lo que haya que preocuparse y los bebés con ictericia por lactancia materna se recuperan rápido. Para asegurarnos de que tomará los recaudos adecuados y procurará un tratamiento médico con rapidez, le explicaremos todo lo que necesita saber sobre esta afección.
¿Qué es la ictericia por lactancia materna?
La bilirrubina es un subproducto que se produce cuando los glóbulos rojos se descomponen en el hígado. Este proceso ocurre naturalmente en todas las personas, desde los recién nacidos hasta las personas mayores. A veces, los niveles de bilirrubina pueden ser elevados, lo cual provoca ictericia. Esta puede deberse a varias razones, aunque en lo que respecta a los recién nacidos, suele ser inocua. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades afirman que los niveles de bilirrubina podrían ser elevados en los recién nacidos debido a cualquiera de las siguientes causas:
- Los recién nacidos tienen un índice mayor de producción de bilirrubina debido al corto tiempo de vida de los glóbulos rojos y a su alta concentración.
- Los recién nacidos no han desarrollado por completo su función hepática, lo cual trae como consecuencia un metabolismo de bilirrubina más lento.
- Los recién nacidos pueden tardar en expulsar el meconio, lo que produce la reabsorción de la bilirrubina a través de los intestinos.
La ictericia por lactancia materna se presenta a menudo durante el comienzo de la vida de un recién nacido, mientras se está acostumbrando a la leche materna. También se la denomina ictericia por no lactancia o ictericia fisiológica, ya que en general se relaciona directamente con una ingesta inadecuada de leche, a pesar de que las mamás primerizas tratan de sacar el mayor provecho del amamantamiento y llevar un cronograma regular de alimentación. Esto es muy común en aproximadamente el 60% de los bebés nacidos a término y el 80% de los bebés prematuros dentro de la primera semana de vida. La ictericia infantil no es culpa de la madre en absoluto. Podrá notar que también se la conoce como ictericia infantil.
Diferencia entre la ictericia por lactancia y la ictericia por leche materna
La ictericia por lactancia es habitual y tiene una causa subyacente clara. Está asociada con la corta edad de su bebé y el desarrollo de sus sistemas, además de la falta de ingesta de leche al iniciar la lactancia. Puede ser tratada con facilidad y revertida una vez que aumenta la ingesta de leche y los órganos de su recién nacido continúan desarrollándose.
La ictericia por leche materna se refiere a un tipo de ictericia que continúa durante varias semanas luego del nacimiento. Puede ocurrir en bebés saludables y su causa es menos comprendida que la de la ictericia por lactancia. Los médicos consideran que puede tener relación con la incapacidad de descomponer y procesar la bilirrubina, ya que suele estar asociada con características genéticas. Aun así, existen varias maneras de tratar la ictericia por leche materna y no hay razón para esperar lesiones o complicaciones duraderas. Sin embargo, es importante colaborar con su pediatra para continuar controlando los niveles de bilirrubina y el desarrollo. A diferencia de la ictericia por lactancia materna, la ictericia por leche materna es poco habitual y afecta a menos del 3% de los bebés.
Síntomas de la ictericia por lactancia materna
El síntoma más notable de la ictericia es el color amarillento de la piel y los ojos del bebé. En el caso de la ictericia por lactancia, esto sucede habitualmente entre el segundo y cuarto día posterior al nacimiento , aunque puede pasar fácilmente desapercibido, pues es posible que el color no sea muy llamativo. Para saber si existen señales de ictericia infantil, presione con suavidad sobre la nariz o la frente de su bebé. Si la piel se ve amarillenta, es una indicación de ictericia leve. Si bien esto puede ser alarmante para los padres primerizos, trate de respirar profundo y no preocuparse. La ictericia por lactancia materna es habitual, y en la mayoría de los casos no es una señal de problemas más graves de salud. Si la piel se ve más clara pero no tiene un tono amarillento, su bebé no tiene ictericia.
Las señales y los síntomas de ictericia por lactancia grave sugieren atención médica inmediata. Una concentración extremadamente alta de bilirrubina puede afectar el desarrollo del cerebro, por lo que no deje pasar el tiempo si nota alguna de las siguientes señales:
- El color de la piel de su bebé se torna más amarillento.
- La piel de las extremidades o del abdomen de su bebé se torna amarillenta.
- El blanco de los ojos de su bebé se torna amarillento.
- Su bebé deja de subir de peso o no se alimenta con regularidad.
- Su bebé sufre desgano o presenta señales de enfermedad.
- Su bebé tiene dificultad para despertarse.
- Su bebé tiene un llanto agudo.
Esto puede indicar que la ictericia está empeorando, lo cual puede significar que existe una causa subyacente que debe ser tratada. Consulte a su pediatra para realizar pruebas de diagnóstico y comenzar el tratamiento.
Causas y factores de riesgo de la ictericia por lactancia
La causa directa de la ictericia por lactancia son los elevados niveles de bilirrubina. La bilirrubina puede acumularse en el organismo de su recién nacido si el hígado no es lo suficientemente eficaz para eliminar toda la bilirrubina del torrente sanguíneo. No hay nada de qué preocuparse, ya que es una afección común que se presenta en los bebés nacidos antes de las 38 semanas y en los bebés que son amamantados. A medida que el hígado continúa desarrollándose, la ictericia por lactancia materna debería desaparecer. Como se mencionó anteriormente, esta afección se conoce en la comunidad médica como ictericia fisiológica.
La ictericia infantil también puede suceder debido a un trastorno subyacente. En este caso, puede desarrollarse de inmediato luego del nacimiento o luego de algunas semanas de vida. Algunas de las causas potenciales de este tipo de ictericia infantil son:
- sangrado interno
- infección viral o bacteriana
- infección en la sangre
- incompatibilidad entre la sangre materna y la del bebé
- disfunción hepática
- atresia biliar
- déficit de enzimas
- alteraciones de los glóbulos rojos
También existen varios factores de riesgo que pueden incrementar la posibilidad de que su bebé desarrolle ictericia infantil. Si bien muchos de estos factores no pueden prevenirse, es importante ser consciente de ellos para estar atento a cualquier señal o síntoma que pueda indicar ictericia.
- Nacimiento prematuro: si su bebé nació antes de las 38 semanas, correrá un mayor riesgo de desarrollar ictericia infantil ya que su hígado no está desarrollado por completo.
- Hematomas durante el parto: si su bebé desarrolló hematomas graves durante el parto, puede existir un mayor riesgo de ictericia infantil ya que los hematomas provocan la descomposición de los glóbulos rojos.
- Grupo sanguíneo: cuando las madres y sus bebés tienen distintos grupos sanguíneos, el riesgo de ictericia es mayor ya que los anticuerpos compartidos que no coincidan pueden provocar la descomposición inicial de los glóbulos rojos.
- Lactancia: los bebés que son amamantados pero tienen dificultades para prenderse al pecho pueden presentar señales de ictericia, ya que en un principio no reciben la nutrición suficiente. Trabajar junto a una asesora de lactancia puede servirle para mitigar estos riesgos debido a que la lactancia sigue siendo la opción de nutrición preferible para los recién nacidos.
- Raza: los bebés con ascendencia asiática oriental tienden a tener niveles más elevados de ictericia infantil que otros bebés.
Diagnóstico y tratamiento de la ictericia por lactancia
Es poco habitual que los bebés nacidos a partir de las 35 semanas de gestación y a término necesiten tratamiento para la ictericia infantil o por lactancia. A medida que sus órganos continúan desarrollándose, su hígado tendrá mayor capacidad de filtrar la bilirrubina y la ictericia desaparecerá sola. Sin embargo, es importante que consulte con su pediatra al presentarse la primera señal de ictericia para iniciar un tratamiento. Su pediatra podrá enseñarle a detectar cuáles son los primeros signos o síntomas que pueden indicar la existencia de una afección subyacente o de complicaciones peligrosas que, a pesar de ser poco habituales, pueden venir aparejadas con la ictericia infantil.
Ya que la ictericia infantil suele presentarse en los primeros días siguientes al nacimiento, el hospital o centro de salud donde dio a luz realizará un examen para verificar que no haya señales de ictericia antes de darle el alta. También realizará pruebas constantemente durante su internación. La American Academy of Pediatrics recomienda revisar a los recién nacidos cada ocho a 12 horas para detectar signos de ictericia mientras están internados y hacerlo nuevamente durante cada examen de rutina con su pediatra.
Se pueden realizar análisis de sangre para determinar el nivel de bilirrubina en el organismo de su bebé. Esto le permitirá a su pediatra prescribir el tratamiento correcto. En muchos casos, es suficiente con aumentar la ingesta nutricional para revertir los signos de ictericia y ayudar a un desarrollo saludable. Sin embargo, si esto no alcanza, su pediatra puede recomendar algunas alternativas diferentes. El tratamiento de ictericia infantil puede incluir lo siguiente:
- Fototerapia: consiste en tratar la ictericia con lámparas especiales que pueden afectar la morfología y la estructura de la bilirrubina. La transformación permite que el exceso de bilirrubina sea eliminado a través de la orina y las heces.
- Inmunoglobulina intravenosa: si la ictericia se debe a diferencias en el grupo sanguíneo, la inmunoglobulina intravenosa puede ser recomendable para reducir los anticuerpos que están causando este rápido deterioro de los glóbulos rojos.
- Transfusión de intercambio: en algunos casos excepcionales, la ictericia que no responde a otros tratamientos puede tratarse mediante una transfusión sanguínea. Esto se realiza a menudo en una unidad de cuidados intensivos para garantizar la seguridad del entorno y el control permanente.
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