bebé sonriente

Comprender la salud mental de infantes

Al mirar a un recién nacido o a un bebé, ¿se preguntó alguna vez qué pasa por su cabeza? ¿En qué está pensando? ¿Está contento? ¿Triste? ¿Asustado? Aunque algunas expresiones faciales y el desarrollo del lenguaje pueden ayudar a comprender mejor cómo experimentan los bebés el mundo que los rodea, su desarrollo mental sigue siendo un misterio para muchos. Pero, ¿y si le dijéramos que los bebés pueden tener problemas de salud mental? La realidad es que alrededor del 16% de los niños menores de 6 años presentan trastornos o problemas de salud mental clínicamente significativos que requieren atención, pero ¿por qué? Además, ¿cómo puede usted, como padre, ayudar a su hijo a que tenga una buena salud mental? A continuación, repasaremos algunos datos clave que lo ayudarán a comprender mejor la salud mental infantil.

¿Qué es la salud mental infantil?

La salud mental infantil gira en torno al crecimiento y desarrollo asociados a factores socioemocionales, como la formación de vínculos afectivos, la exploración y las experiencias positivas con los demás. Se define como la capacidad de los niños, desde el nacimiento hasta los cinco años, para establecer relaciones estrechas y seguras con adultos y pares, experimentar, controlar y expresar una amplia gama de emociones y explorar su entorno, todo en el contexto de su familia, su comunidad y su cultura.

¿Por qué es importante la salud mental infantil?

Los primeros años de vida de su hijo están llenos de divertidos hitos y adorables primeras veces. Aunque los hitos físicos son los más fáciles de seguir, el desarrollo social y emocional desempeña un papel importante en la salud mental de los bebés. Pero, ¿por qué son tan importantes estas cosas?

Los primeros años de vida son cruciales para el desarrollo cerebral de su hijo, por lo que constituyen una etapa distinta a cualquier otra. Las vías neuronales que se forman durante la infancia darán forma a lo que será su hijo en el futuro. Aunque algunos aspectos del desarrollo dependen del entorno (naturaleza), la crianza desempeña un papel más importante en el desarrollo positivo y la salud mental de los niños.

Algunas de las razones más notables por las que debe darse prioridad a la salud mental de los bebés son las siguientes:

  • Las experiencias socioemocionales tempranas moldean el cerebro e influyen en la salud mental, el comportamiento y la capacidad de aprendizaje en el futuro.
  • Las experiencias positivas de vinculación temprana con los cuidadores promueven vínculos seguros esenciales para el bienestar emocional y la generación de confianza a lo largo de la vida.
  • La salud mental temprana favorece la capacidad del niño para reconocer, controlar y expresar emociones, fomentando la resiliencia en situaciones de estrés.
  • Un desarrollo emocional saludable mejora las capacidades cognitivas, como la resolución de problemas, la memoria y la atención.
  • Abordar la salud mental en la infancia puede reducir el riesgo de padecer problemas de salud mental más adelante, como ansiedad, depresión o problemas de conducta.
  • Las interacciones tempranas con cuidadores y pares enseñan a los niños a establecer relaciones saludables, compartir y empatizar con los demás.
  • Es fundamental contar con un entorno estable y de apoyo durante la infancia, ya que el estrés y los traumas en estos años pueden tener efectos adversos a largo plazo sobre la salud mental y física.

 

Tanto los genes como el entorno influyen en el desarrollo de los niños. El cerebro responde a su entorno, ya sea en casa o en la guardería, y personaliza su crecimiento en consecuencia. Por lo tanto, es importante asegurarse de satisfacer las necesidades de salud mental del bebé en todas las situaciones.

Signos de mala salud mental infantil

Aunque puede resultar difícil, advertir los signos de una mala salud mental infantil puede facilitar una intervención temprana. Dado que aún no pueden verbalizar, preste atención a cualquiera de las siguientes situaciones:

  • Problemas para formar vínculos
  • Llanto excesivo e irritabilidad (no causados por cólicos o hambre)
  • Expresión emocional limitada (rara vez sonríe/se ríe)
  • Trastornos del sueño
  • Pérdida de apetito
  • Dificultades de alimentación
  • Retraso en los hitos sociales o emocionales
  • Evita el contacto visual
  • Miedo o ansiedad excesivos
  • Aferramiento excesivo
  • Dificultad para calmarse
  • Retraimiento de los cuidadores o pares
  • Comportamientos agresivos frecuentes
  • Berrinches

 

Si nota alguno de estos signos o síntomas, es recomendable que hable con un profesional. Algunos de estos signos pueden ser indicios de trastornos mentales infantiles, como autismo, trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), trastorno de oposición desafiante (TOD) y otros trastornos de la conducta.

Cómo promover una buena salud mental del bebé y del niño en la primera infancia

Mientras que la salud mental en la adolescencia y la edad adulta puede obedecer a varios factores, la salud mental en la infancia tiende a centrarse más en el entorno externo. El principal factor que influye es el apego del bebé a sus padres o cuidadores. Dicho esto, hay varias cosas que los padres pueden hacer para reforzar la salud mental de los bebés. Algunos de los factores más importantes son los siguientes:

Fomentar estilos de apego seguros en bebés y niños pequeños

El apego seguro es fundamental para un desarrollo mental y emocionalsaludable. Los bebés que desarrollan vínculos seguros con sus cuidadores tienden a sentirse seguros y valorados, lo que los ayuda a desenvolverse en el mundo con confianza. El apego seguro también puede ayudar a los bebés en otras áreas del desarrollo, así que vale la pena esforzarse. Con el tiempo, los niños con relaciones de apego seguras tienden a ser más resilientes, adaptables y capaces de establecer relaciones saludables en etapas posteriores de su vida.

Para fomentarlo, responda con constancia y calidez a las necesidades de su hijo, ya sea que tenga hambre, esté cansado o busque consuelo. Tenerlo en brazos, tranquilizarlo e interactuar con él de forma regular genera confianza y le hace saber que puede confiar en usted para su seguridad y sus cuidados. Puede obtener más información sobre diferentes estilos de crianza y cómo fomentar un apego saludable aquí.

Sea comprensivo, atento y activo en la vida de su hijo

Su presencia y compromiso son vitales para el bienestar emocional del bebé. Participar activamente en la vida diaria de su hijo, ya sea a través de rutinas sencillas como la alimentación y el cambio de pañales o jugando y hablando, crea una sensación de seguridad y estabilidad. A medida que los bebés empiezan a explorar el entorno que los rodea, van aprendiendo. Como suele decirse, la mente de un niño pequeño es como una esponja, así que preste atención a cómo actúa y a lo que le dice.

La atención constante y los comentarios positivos ayudan a los niños a sentirse valorados y comprendidos durante este período. Incluso acciones aparentemente insignificantes, como mantener el contacto visual, sonreír o hablarle suavemente al bebé, favorecen la conexión emocional. Esta participación fomenta su sentido de pertenencia, les enseña a relacionarse con los demás y favorece su salud mental en general. Recuerde que, aunque el recién nacido no responda a sus palabras, estas siguen siendo importantes.

Intente minimizar los factores de estrés controlables

Aunque parte del estrés es inevitable, los bebés son especialmente sensibles a los factores estresantes del entorno, como el ruido, las interrupciones de la rutina o los conflictos domésticos. Limitar estos factores estresantes puede mejorar mucho la salud mental de su hijo. Intente crear un entorno tranquilo y predecible, manteniendo horarios regulares de sueño, alimentación y juego y evite sobreestimular al bebé con demasiada actividad o ruido.

Cuando sea posible, reduzca la exposición a conflictos o situaciones de gran tensión, ya que los bebés pueden percibir la tensión aunque no entiendan los detalles. Un entorno estable y con bajo nivel de estrés ayuda a los bebés a sentirse seguros y previene el desarrollo de respuestas crónicas al estrés que pueden afectar a su salud mental y física a largo plazo.

Por desgracia, algunos niños y sus familias están sometidos a factores de estrés incontrolables causados por la situación socioeconómica. Si tiene dificultades, intente hacer lo mejor que pueda y sea consciente de sus relaciones con los demás. Aunque algunas situaciones incontrolables pueden dar lugar a experiencias infantiles adversas, crear un espacio de apoyo en el hogar puede reportar enormes beneficios en etapas posteriores de la vida.

Reconozca la personalidad y el temperamento de su bebé

Cada persona es única, y comprender la personalidad y el temperamento de su hijo es crucial para reforzar su salud mental. Algunos bebés y niños pequeños pueden ser más extrovertidos y activos por naturaleza, mientras que otros pueden ser más cautelosos y reacios a aceptar nuevas experiencias. Preste atención a sus señales, si se alteran con facilidad, si necesitan más atención o si les gustan los ambientes más tranquilos, e intente adaptarse.

Reconocer y respetar estas diferencias puede ayudarlo a adaptar su enfoque parental para satisfacer mejor sus necesidades. Cuando su personalidad y temperamento coinciden con los de su hijo (o los aceptan), su salud mental tiende a tener resultados más positivos.

Acceda a valiosos recursos

Otros recursos de salud mental que lo ayudarán a comprender mejor la salud mental infantil o los problemas de salud mental infantil son el Infant Mental Health Journal, la Alliance for the Advancement of Infant Mental Health y la World Association for Infant Mental Health (WAIMH). Zero to Three también tiene muchísimos recursos que lo ayudarán a comprender mejor cómo prevenir y atender los problemas de salud mental.

Hable con un profesional

Si tiene dudas sobre la salud mental de su hijo o detecta signos de retraso emocional o del desarrollo, es importante que busque ayuda profesional. Los pediatras, psicólogos infantiles y especialistas en salud mental infantil pueden aportar valiosas ideas y estrategias de intervención temprana. Estos profesionales están capacitados para evaluar la salud mental de un bebé y pueden identificar cualquier problema subyacente. Si necesita recomendaciones, hable hoy mismo con su pediatra.

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