Mamá besando a su bebé en la mejilla.

Todo lo que los padres primerizos necesitan saber sobre lengua y labios anclados

Durante la semana siguiente al parto, comenzará a reconocer los hábitos de su bebé, su horario de alimentación y de sueño, y los factores que le provocan malestar. Aunque es normal que haya un periodo de adaptación, sobre todo en lo que respecta a la lactancia, hay algunas señales que pueden indicar un problema. Si nota algún signo de incomodidad al alimentar a su bebé, dificultades al amamantar que persisten después de salir del hospital, dolor durante la lactancia o un aumento de peso lento, es posible que su bebé tenga la lengua o los labios anclados. Aunque hay varias razones por las que estos problemas podrían estar ocurriendo, se deben abordar las características físicas de la boca de su bebé para garantizar que está recibiendo los nutrientes que necesita para desarrollarse. Para que pueda entender mejor esta anomalía física, preparamos este artículo con todo lo que los padres primerizos deben saber sobre la lengua y los labios anclados.

¿Qué significa tener la lengua o los labios anclados?

La lengua se mantiene en su sitio gracias a una membrana conocida como frenillo lingual. Esta membrana se extiende a lo largo de la parte inferior de la lengua y se conecta con la base de la boca. Todas las personas tienen un frenillo que sujeta la lengua y ayuda a facilitar el habla, pero a veces puede estar demasiado apretado, ser demasiado grueso o demasiado corto. En estos casos, el movimiento está restringido, y el frenillo lingual interfiere con las funciones regulares de la lengua del recién nacido. Cuando esto ocurre, se lo denomina anquiloglosia, que comúnmente se conoce como lengua anclada.

Causas de la lengua anclada

La lengua anclada se da antes de que nazca el bebé. En el caso de los bebés sin anquiloglosia, el frenillo lingual se acorta, se estira y desaparece parcialmente mientras están en el útero. El frenillo sigue unido, pero de forma más prominente en la parte trasera de la lengua que en la delantera. Esto facilita una mayor amplitud de movimiento que puede ayudar a asegurar el agarre del bebé y facilitar la comunicación a medida que crece. Existen varios tipos de lengua anclada que se utilizan para clasificar la gravedad de la conexión. Sin embargo, es difícil establecer una causa definitiva de la anquiloglosia. La genética parece tener algo que ver y suele afectar más a los niños que a las niñas, pero todavía hace falta investigación para determinar mejor la causa subyacente.

Los labios anclados se producen cuando el tejido que conecta el labio superior con la boca es demasiado corto o está tenso, lo que limita el movimiento del labio superior. El tejido afectado se denomina frenillo labial maxilar y puede palparse al extender la lengua hacia arriba, entre los dientes delanteros y el labio. La causa de los labios anclados es similar a la de la lengua anclada. Tiene su origen en el desarrollo fetal, tiene implicaciones genéticas y suele afectar más a los varones.

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Indicios de lengua o labios anclados

Los signos y síntomas de la lengua y los labios anclados pueden afectar tanto a la madre como al bebé. Durante la lactancia, las madres pueden experimentar alguno de los siguientes:

  • Pezones doloridos, con ampollas, agrietados o magullados
  • Mastitis y conductos obstruidos
  • Pezones deformados o blanquecinos después de amamantar
  • Bajo caudal de leche
  • Exceso de leche
  • Cansancio
  • Angustia y agobio

     

    Algunos signos comunes de la lengua o los labios anclados que se dan en bebés son:

     

  • Aumento de peso lento o insuficiente
  • Problemas para que el bebé se quede prendido
  • Un chasquido al amamantar
  • El bebé escupe o se ahoga cuando la leche fluye con rapidez
  • Respiración excesiva por la boca
  • Gases
  • Cólicos o malestar
  • Alimentación frecuente
  • Cabeza hacia adelante durante la lactancia
  • Tensión en la mandíbula
  • Problemas generales con la lactancia
  • Ictericia

 

Cabe aclarar que si su bebé tiene la lengua o los labios anclados y no experimenta ningún problema, la condición es inofensiva. Mientras pueda prenderse correctamente, reciba suficiente alimento y no muestre signos de malestar, no hace falta tratamiento. A medida que su bebé crezca, es posible que note algunas dificultades para hablar, pero estas se pueden abordar con un logopeda y práctica.

¿Afectan la lengua o los labios anclados la lactancia?

Debido a las diferencias anatómicas de un bebé con lengua o labios anclados, la lactancia se ve inevitablemente afectada. La lengua anclada reduce la movilidad de la lengua del bebé, lo que puede dificultar o imposibilitar que se agarre correctamente durante la lactancia. El impacto de esta anomalía tiende a depender de la extensión de la restricción, por lo que es importante vigilar a su bebé para detectar signos de hambre y de saciedad. Aunque el labio anclado puede afectar la lactancia, no suele ser tan debilitante como la lengua anclada. Insistimos, el grado en que afecta la lactancia depende de la gravedad de la condición de cada paciente. El mayor problema de los labios anclados es un enganche poco profundo, que puede restringir la cantidad de leche que recibe el bebé durante la alimentación.

Cómo se diagnostican la lengua o los labios anclados

La mejor manera de identificar de forma clara si su bebé tiene la legua o los labios anclados es mediante un diagnóstico adecuado. Debido a la naturaleza física de la lengua y los labios anclados, el diagnóstico es sencillo y directo. Se examina la lengua del bebé para ver el grado de restricción del frenillo, se comprueba la amplitud de movimiento y se identifican los problemas de agarre. Muchas asesoras de lactancia pueden realizar un diagnóstico preciso y ayudar a mitigar cualquier problema de lactancia que tengan los niños. Un diagnóstico temprano es la mejor manera de abordar el problema a tiempo y garantizar que la relación de lactancia no se vuelva tensa o imposible de perpetuar.

Tratamientos para la lengua y los labios anclados

Luego de un diagnóstico profesional, su médico o asesora de lactancia pueden recomendar una intervención quirúrgica para solucionar el problema. En ese caso, se le remitirá a un otorrinolaringólogo para que analice sus opciones. Algunos de los tratamientos más comunes para la lengua y los labios anclados son la frenotomía y la frenuloplastia.

 

  • Frenotomía: también conocida como frenulectomía, esta cirugía la realiza un médico autorizado que corta el frenillo utilizando un bisturí, un láser o tijeras especiales. Es un procedimiento rápido que se puede realizar sin anestesia en bebés pequeños porque sus terminaciones nerviosas aún no se han desarrollado completamente. Aunque pueda parecer un poco aterrador para una madre primeriza, cuanto antes lo haga, mejor. Se puede realizar como procedimiento ambulatorio, y puede volver a casa ese mismo día con una recuperación mínima.

     

  • Frenuloplastia: una vez que su bebé supera el hito de los tres meses, debe realizarse una frenuloplastia. Como el frenillo se engrosa y desarrolla más terminaciones nerviosas con el paso de los meses, esta opción garantiza que el proceso no sea doloroso. La frenuloplastia se realiza bajo anestesia general y el proceso requiere puntos de sutura para que la incisión cicatrice correctamente. Los puntos de sutura son disolubles, por lo que no es necesario un tratamiento de seguimiento para finalizar el proceso.

 

También puede mejorar el agarre de su bebé si se toma el tiempo para ablandar el pecho antes de amamantar. Ablandar el pecho consiste en alejar los fluidos del pezón para que el bebé pueda desarrollar un agarre fuerte. Para ello, coloque las yemas de los dedos alrededor de la base del pezón y aplique una presión suave, pero constante, durante uno o dos minutos. También puede tomar medidas para mejorar la movilidad de la lengua de su bebé recostándose con él encima de usted. La gravedad natural de esta posición puede ayudar a mejorar el agarre. Practique sacando la lengua para incentivar a su bebé a que la imite e intente animarlo a que lama la leche de sus labios o de su pezón antes y después de tomar para ayudar a lubricar la zona. Si sigue teniendo problemas y quiere probar todas las posibilidades antes de la cirugía, hable con su asesora de lactancia sobre el uso de protectores de pezones especiales que pueden facilitar un agarre más fuerte.

Los bebés que nacen con la lengua o los labios anclados suelen crecer sin otros problemas ni complicaciones. Mientras la anomalía no cause problemas, el tratamiento no es necesario. En algunos casos, los niños con lengua o labios anclados pueden tener dificultades para hablar con claridad, pero hay muchas opciones de terapia del habla durante el desarrollo. Como cada niño es diferente, colabore con su médico para determinar el mejor camino a seguir. Mientras tanto, para ayudar a garantizar que su bebé recibe los nutrientes que necesita para un desarrollo saludable, Byram Healthcare ofrece una amplia selección de extractores de leche cubiertos por el seguro para madres primerizas y embarazadas. Consulte nuestra Guía de selección de extractores de leche y comience hoy mismo con nuestro sencillo proceso de tres pasos para hacer su pedido.