Mamá poniendo a dormir a su recién nacido.

Cómo controlar la irritabilidad nocturna del recién nacido

No hay nada como esas primeras semanas de madre primeriza. Pasará horas mirando a su recién nacido con asombro, descubriendo poco a poco quién es y cómo se desarrollará su personalidad. Aunque es una experiencia maravillosa, los recién nacidos también traen consigo algunos desafíos. Uno de los desafíos más frecuentes es la irritabilidad. Muchos bebés tienden a volverse irritables y quisquillosos por la noche, algo abrumador para los padres y madres primerizos que están comenzando a adaptarse a las obligaciones de cuidar a un recién nacido. Afortunadamente, existen varias estrategias que puede probar para calmar a su recién nacido y controlar su irritabilidad por las noches. A continuación, hablaremos sobre algunas técnicas efectivas para calmar a un bebé alterado y aquietarlo por la noche.

 

¿Por qué se llama "hora bruja" a la irritabilidad nocturna?

La irritabilidad nocturna en los recién nacidos suele llamarse "hora bruja" porque, a menudo, ocurre a la misma hora del día, de forma habitual y sin motivo aparente. El término tiene orígenes interesantes, pero su uso actual es más bien coloquial. Describe un período de irritabilidad que se produce en los recién nacidos de más de tres semanas que, como un reloj, se ponen nerviosos, irritables o difíciles de calmar por la noche. Por más frustrante que es, es algo normal y frecuente en los bebés. Por lo general, se relaciona con su ciclo natural de sueño-vigilia y con el proceso de adaptación a la vida fuera del útero.

 

Posibles causas de la irritabilidad nocturna

Como madre o padre, lidiar con un bebé irritable suele ser frustrante y agotador. Aunque es probable que su recién nacido supere esta fase, hay algunas cuestiones que probablemente esté contribuyendo al problema. Algunas causas potenciales de la irritabilidad nocturna son las siguientes:

 

Lentitud en la bajada de la leche

Una de las causas más frecuentes de la irritabilidad nocturna de los bebés es la lentitud en la bajada de la leche. A lo largo del día, la composición de la leche y la velocidad de su flujo cambian. Por la noche, su flujo puede disminuir, lo que le dificultará a su bebé tomar la leche que necesita. Esto puede ser especialmente frustrante para los lactantes que están acostumbrados a una rápida bajada de la leche durante el día.

 

Crecimiento acelerado

Otra posible causa del nerviosismo nocturno es el crecimiento acelerado. Los bebés pasan por varias etapas de crecimiento acelerado durante los primeros meses de vida, y estos períodos de rápido crecimiento pueden provocar un aumento del hambre e irritabilidad. Si su bebé parece tener hambre por la noche, puede ser señal de que está creciendo. A menudo, el crecimiento acelerado se produce cerca de las dos o tres semanas, las seis semanas y los tres meses, pero el desarrollo de cada bebé es diferente.

 

Demasiada estimulación

Los recién nacidos están acostumbrados al útero, donde la estimulación es mínima. Durante los primeros meses de vida, el mundo puede ser muy exigente. Por eso, demasiada estimulación a menudo provoca irritabilidad nocturna en los bebés. Si el bebé está expuesto a demasiado ruido, luz o actividad por la noche, es probable que esté sobreestimulado y tenga dificultades para aquietarse.

 

Cólicos

Los cólicos son una afección que provoca llanto prolongado e irritabilidad en los bebés. Específicamente, se caracteriza por un llanto de alrededor de tres horas, durante al menos tres días a la semana, por tres semanas o más. Los cólicos pueden ocurrir en cualquier momento del día, incluso por la noche. Aunque se desconoce la causa exacta de los cólicos, se cree que está relacionada con cuestiones digestivas o la inmadurez del sistema nervioso del bebé. Si cree que su bebé tiene cólicos, es importante consultar a un pediatra para descartar otras afecciones.

 

Gases

Otra molestia común en los bebés son los gases, los cuales les dificulta calmarse y dormir. Es una de las principales causas de la irritabilidad nocturna, pero puede evitarse una vez descubierto el desencadenante. En ocasiones, los alimentos que usted come pueden contribuir a la irritabilidad y los gases.

 

Cansancio

Por último, el cansancio es otra causa de irritabilidad nocturna. Si el bebé tuvo un día muy ajetreado, es posible que se agote y le resulte difícil tranquilizarse. Las siestas son importantes para reducir el riesgo de irritabilidad causado por el agotamiento.

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Señales de la irritabilidad nocturna

La irritabilidad nocturna suele aparecer cerca de las tres o cuatro semanas de edad y mejora hacia los tres o cuatro meses. Algunas posibles señales de irritabilidad nocturna en recién nacidos:

  • Llanto o molestia a la misma hora todos los días, normalmente por la noche
  • Dificultad para calmarse o dormirse, incluso cuando está cansado
  • Puños cerrados, espalda arqueada o subir las piernas hacia el pecho
  • Irritabilidad o mayor sensibilidad a los estímulos
  • Rechazo a comer o disminución del apetito
  • Aumento del llanto o irritabilidad después de alimentarse
  • Mayor necesidad de alivio y consuelo por parte de un cuidador
  • Dificultad para dormir o se despierta con frecuencia durante la noche

 

Métodos para intentar calmar a un bebé con irritabilidad

Afortunadamente, existen varios métodos a disposición de los padres para calmar a un recién nacido con irritabilidad. Saber la causa de la molestia lo ayudará, pero también puede probar cualquiera de los siguientes consejos y ver qué le funciona.

 

Acostarse más temprano

Uno de los métodos más eficaces para calmar a un recién nacido inquieto es establecer una rutina constante a la hora de acostarse. Los recién nacidos necesitan dormir mucho, y acostarse temprano puede ayudarlos a descansar lo suficiente. Intente empezar la rutina de acostarse más o menos a la misma hora cada noche. Trate de incorporar actividades como un baño, un suave masaje y una canción de cuna tranquila para ayudar a su bebé a relajarse y prepararse para dormir.

 

Dé un paseo

Salir al aire libre y dar un paseo con su bebé es otra opción efectiva para calmarlo. El aire fresco y el cambio de entorno tienen la potencialidad de calmar tanto al bebé como a usted. El movimiento del carrito o portabebés puede tranquilizar a un bebé irritado, sin importar el momento del día.

 

Eliminar la estimulación

En ocasiones, la sobreestimulación que recibe un recién nacido provoca inquietud y llanto. En estos casos, puede ser útil eliminar los estímulos innecesarios del entorno. Baje las luces, reduzca el nivel de ruido y evite cualquier actividad que le parezca excesiva para su bebé.

 

Considere usar un portabebé

Usar un portabebé o canguro puede ser un método efectivo para calmar a un bebé molesto. El contacto físico estrecho suele proporcionar una sensación de seguridad y comodidad, mientras que sus movimientos tranquilizarán al bebé.

 

Recurra al ruido blanco

A muchos recién nacidos los tranquiliza el ruido blanco, ya que imita los sonidos que escuchaba en el vientre materno. De este modo, se crea un ambiente familiar y reconfortante. Utilice una máquina de ruido blanco, una aplicación para teléfonos o, incluso, un simple ventilador para crear un ruido de fondo tranquilizador para el bebé.

 

Pruebe nuevas posturas para la lactancia

Si está amamantando, pruebe diferentes posiciones para encontrar una que le funciones tanto a usted como a su bebé. Un buen agarre es importante para una lactancia exitosa, y encontrar una posición cómoda es importante para favorecer una lactancia más eficiente para su bebé. Esto también puede ser útil para abordar la lentitud en la bajada de la leche.

 

Alimentación en racimo

La alimentación en racimo o cluster feeding se da cuando el bebé se alimenta con más frecuencia durante un breve período, por lo general durante la noche. Esto puede ayudar a estimular la producción de leche y asegurase de que el bebé reciba los nutrientes que necesita. La alimentación en racimo, por lo general, resulta a la hora de calmar a un bebé con irritabilidad que quizás tenga hambre durante el crecimiento acelerado.

 

Dele un baño

El agua caliente de un baño nocturno favorece la relajación de los músculos del bebé y el alivio de cualquier posible molestia. Asegúrese de sostener el cuello y la cabeza del bebé, y de mantener el nivel del agua poco profundo; nunca lo deje sin supervisión durante la hora del baño.

 

Trate los gases

Dado que los gases son una posible causa frecuente de irritabilidad en los recién nacidos, tratarlos suele funcionar. Pruebe masajear la panza del bebé con movimientos circulares o muévale las piernas como haciendo bicicleta para ayudar a eliminar los gases de su sistema. Otra opción es aplicar compresas tibias o un producto para aliviar los gases que le recomiende su pediatra.

Si la irritabilidad persiste, consulte al pediatra. Aunque la irritabilidad nocturna suele desaparecer sola, existen otras posibles causas de malestar. Al abordar el crecimiento acelerado o la lentitud en la bajada de la leche, asegúrese de tener su extractor de leche cubierto por el seguro y de utilizarlo como ayuda en su proceso de lactancia. Si tiene alguna pregunta, contáctese con un representante de Byram Healthcare hoy mismo.